lunes, 3 de junio de 2013

DESPEÑAPERROS 2013


     Domingo 26 de Mayo, las 6:40 de la mañana y 15 bikers que nos desplazamos hasta Santa Elena para realizar la 1ª ruta por Despeñaperros. Unos días antes ya habían ido unos cuantos de avanzadilla, Berlanga y sus secuaces, para inspeccionar el terreno, y efectivamente, tal y como vaticinaban, la ruta iba a ser de escándalo.

     Las nueve de la mañana, la carabana de coches llega al lugar de partida, el centro de visitantes Puerta de Andalucía. Comenzamos a ataviarnos, la jornada se presenta sospechosa y entre nieblas, aunque uno cada vez va entendiendo más el tiempo,... "Ahhh,... esto es ná, en un rato abre el día,...";  se nota la mano de Rafalico en el club, un hombre de campo al que en esta ocasión todos hechamos de menos.

     Apenas anduvimos escasos cien metros cuando tomamos un sendero que se interna de repente en la sierra, en el paraje de La Aliseda, con continuos sube y baja, vadeos por los cauces de un río,... primeras dificultades técnicas en donde el invitado de lujo Jacobo, más conocido por algunos como "Follarín de los bosques", desconozco los méritos que le atribuyen semejante seudónimo, se echa la bici a cuestas,... paramos un momento a disfrutar de la estampa paisajística y a hacer las primeras "retratauras".  





     Continuamos la "verea" y así llegamos hasta un camping, donde el personal aprovecha para llenar y desalojar líquidos. A todo esto la "verea" que continua y se interna en un terreno aún más quebrado, pero que aún así te permite coger la tangente y disfrutar del rodaje campo a través sobre el imponente manto de hierba,... Algunos no podemos contenernos y damos rienda suelta,... ya se sabe,... la cabra tira al monte...


     De repente nos metemos en un circuito de descenso, en trialera, con sus rampas, trampolines,... pero lo hacemos del revés, hacia arriba,... con dos cojones!!! Alucinante!!! De hecho cuando culminamos nos encontramos en todo lo alto a un grupito, preparados con sus cascos, coderas,... y sus bicis con sus pedazo de horquillones, para jugársela bajando... Seguimos el trayecto y hacemos una nueva internada en el monte a toda velocidad, un zigzag de curvas a diestro y siniestro con pasadizos entre el matorral,... en donde lo único que se escucha es  Buahhhhhh!!! Qué pasada,... a los que nos gusta jugárnosla se nos iluminan los ojos (Servidor, Serrano, El Juli,...) y el resto disfrutan también como un cochino en un charco. Pero esto es como esos convites en los que si un plato te parece bueno el siguiente es mejor. Comenzamos un bajadón de vértigo, en trialera, con muchísimo desnivel,... y la lástima es que algunos no nos posicionamos bien en la bajada y tuvimos que ir tirando de freno más de la cuenta, las bicis se ponían de pie,... alucinante; por fin nos abrimos hueco y a jopo hasta abajo,... Así continuamos el trayecto hasta llegar al arroyo El Hornillo en donde terminó el primer aperitivo, una vereda de 8 km ni más ni menos, para quitarse el sombrero.


     Entramos en una zona menos técnica, con un primer tramo de pista y una nueva internada en el monte con un carril más estrecho, continuos sube y baja, algún que otro repechón de consideración,... hasta llegar a un cortijo arrumbado en donde tomamos algo y nos fotografiamos.


     En ese punto se puede decir que comienza la primera subida de consideración, más suave en su inicio, después nos metemos en una calzada romana, guapísima,... y tras un ligero impás, arremete hacia arriba con bastante desnivel, y lo que es peor, un firme totalmente suelto de pedrusco gordo, que obliga a apretar los riñones y a acarnerarse, sin margen de titubeo pues te vas al suelo,... ahí se ponen las cartas boca arriba, y comienzan a evidenciarse algunas carencias entre el personal,... En la cima esperamos la llegada de unos y otros,  y mientras  reponemos fuerzas, el viento nos castiga. Algunos se lo han tomado con calma, otros vienen mermados por la calor, las alergias,... la verdad es que aparte de los kilómetros de subida, se torna bastante exigente por el estado del firme.


     Una vez repuesto el personal continuamos la marcha mediante una bajada espectacular, a mitad de la cual nos detenemos, algunos sin echar el intermitente, para contemplar la majestuosidad de la sierra. 360 grados de sierra virgen, sin el más mínimo atisbo de humanidad salvo nuestra presencia, espectacular el valle de pinar y monte bajo. Nos hacemos unas fotillos para el recuerdo y proseguimos la marcha.


     Paradójicamente, cada paso que damos nos hace olvidar lo anterior con rapidez, pues si una estampa es guapa, la siguiente lo es más,... así culminamos el descenso y  arremetemos de nuevo hacia arriba mediante una trocha en sendero que desemboca en un nuevo carril. Pronto tenemos que hacer una nueva parada para reagruparnos, alguno que otro viene ya más que coloraico,... y entre "fotos y flautas",... el tiempo se nos empieza a ir de las manos. Entre tanto el personal que no para de roer, y el Juanlu, como de costumbre, con sus fruticos secos,...  

De nuevo bajadón hasta meternos en un terreno totalmente novedoso, por momentos cambiamos el monte por un paisaje de pradera, con enormes herbazales que nos camuflan al paso,... estampa preciosa de la que el incansable Millo deja buena constancia.


     En este tramo se nos crucetean los lagartos por el carril, y algunos tentamos la suerte al querer rodar por el verde, pues el roce de la hierba en las nalgas acojona y presagia la más que posible presencia de alguna culebra,... aunque afortunadamente todo queda en eso. Por fín llegamos al final del carril y tras rascarnos el lomo con la alambrada y mojarnos los patucos en el río Magaña,... llegamos a la Venta de Cárdenas, en donde nos encomendamos al generalísimo en el Casa Pepe, y cervezón en mano y a su salud, nos "jincamos" un bocata de lomo que no se lo salta un galgo,... ¿¿¿Viva España???... Que coño... ¡¡¡Viva Yo!!!


     Salimos de nuevo a la civilización, y con permiso del viento de cara, rodamos unos kilómetros por carretera hasta adentrarnos en el puerto del día, la subida al Collado Aviación por el puerto del Barranco de Valdeazores.

     
       Dejamos atrás el viento y nos adentramos de nuevo en una zona boscosa de pinar; el carril poco a poco empieza a picar hacia arriba, las conversaciones comienzan a cesar y solo se escuchan leves jadeos respiratorios que van ganando poco a poco en intensidad. Sin forzar mucho la situación  el grupo comienza a desmenbrarse, y al poco me encuentro formando un cuarteto con el amigo Mateo, alias "Jorge Javier", el Juli, y Jacobo. Estos dos últimos, se quedarían también al rato. A medida que avanzamos aumenta la temperatura, haciéndose insoportable en algunas curvas interiores en donde no entra el aire. Por detrás la gente sube a ritmo tranquilo; en cabeza el ritmo, aunque superior, es igualmente cómodo, pues ya se encarga el amigo Mateo de tirar del "perrillo" y gritar "Sooooo", cuando es menester. Así, vamos trazando "eses" a un lado y a otro hasta avistar un pequeño rellano, en donde vamos parando a reagruparnos. Aproximadamente diez kilómetros de subida, llevaderos pues el ritmo impuesto no era muy alto, aunque la calor,... han ido haciendo mella entre el personal y a medida que van llegando nos enteramos de que Gustavo, aquejado de la alergia y que ya venía pasándolo mal, ha dado media vuelta y ha tirado por carretera hasta el restaurante.
     Tras un breve respiro continuamos hacia arriba y salvamos el último escollo hasta coronar definitivamente. En este punto cojemos un sendero a la derecha que nos conduce mediante un pequeño bosquete hasta la gloria. Es impresionante la sensación de dominio sobre los tajos que rematan Collado-Aviación; de repente nos encontramos encaramados sobre un corte vertical de bastantes cientos de metros al fondo del cual, la A-4 parece un scalextric de juguete; sensación tan solo superada por el planeo hierático de las águilas, perdiceras probablemente, que danzan a un lado y otro a escasos metros sobre nuestras cabezas. Resulta indescriptible dicha experiencia, un fuerte "uuuaaaagggghhhhh"  arranca al unísono de nuestras gargantas cuando una de éstas nos abanica de izquierda a derecha exhibiendo su bonito plumaje.




     Inmortalizamos dicho momento como es debido, y retomamos la marcha. Penúltimo reventón del día, la dureza del trazado y el calor van haciendo mella. Una vez superado, iniciamos una espectacular bajada por el Puerto del Muladar, cresteando el monte, con continuos toboganes verticales que hacen las delicias del personal,... Se alcanzan velocidades increibles, sesenta y tantos kilómetros por hora monte a través, no es moco de pavo. Algunos nos perdemos la atracción del día, y es que el amigo Jaime, hace gala de su pasado trialero y deleita al personal con un caballito invertido, es decir en bajada, a cuarenta y tantos km/hora, en una rampa de infarto,... la gente se queda estupefacta, y es que detrás de su timidez y su prudencia hay mucha garra escondida.

     Que pasada de descenso, y el final.... ¡¡de infarto!! Peligrosísima terrera hasta desembocar en el cauce del arroyo del Rey. De aquí al final, casi nada,... otros cinco o seis kilómetros de reventones insufribles a través de una senda en dirección a María Pía, con porcentajes altísimos, regueras y pedrusco suelto, que servidor se afana en superar sin hacer pie alguno. Por detrás, la gente a estas alturas de ruta pasa olímpicamente de retos, y la gran mayoría echan pie a tierra,... El "mayorista" llega a este punto igual de "maurico" que el "pescao" que  llevaban antiguamente los "regoveros" a los cortijos, todo el día en el serón,...  y Rubén, el hombre, termina "cascaete" también. Pero lo importante es que ambos han superado el reto, y no es poco, pues si bien la ruta no era excesiva en kilómetros, menos de sesenta, lo cierto es que el trazado era muy, muy exigente, con mucha calor, y con un final durísimo, a la altura de las grandes citas.

     Lo demás, lo de siempre,... "acicalao" en los coches, pues no había duchas disponibles, menos mal que no se quién llevaba una garrafica de agua en el maletero, que como podéis imaginar a esas horas estaba como el churro, pero que vino de escándalo para hacerse el "lavao del gato", restregarse una mijilla la cebolleta y el alerón, quitarse el barrillo de las nalgas, y echarse unas "garfaicas" de agua en el "jocico" para poder sentarse uno a la mesa medio decente.

     Y lo mas placentero,... como corría la cerveza fresquita gaznate abajo:  "Maestro,... traígase usted otras dos o tres jarras más" a lo que el buen hombre respondía: "Eso está hecho, que no falte de ná". Por cierto, que cuando llegamos, Gustavo ya se había cepillado el bandido una ración de jamón y queso viendo al Fernandito Alonso como hacía el panoli en Mónaco. En fin, que nosotros también nos jincamos la nuestra, y las tablicas de paté de perdiz,... la carne de monte con setas, el cordero a la miel, el postrecito de la casa, el café, (el por culo que dió el Serrano con el cortado con mucha leche), los chupitos, el brindis,... y arre burro que vas pa Luque.


     Después, cacharrico en el corner como de costumbre en compañía de la Yeni y ligerico pa casa a ver como está el testuzo.

    Muy buena ruta, con un trazado muy atractivo, en un escenario impresionante, con muy buena comida,... muy buen rollo en general y percances cero. ¿Qué más se puede pedir? Nos vemos en la siguiente, Torredelmar, a la vuelta de la esquina. Un saludo.
   







4 comentarios:

  1. Sigue asi manu q vas sembrao, si te hacen falta nombres de lugares me lo preguntas, en el wiki ahy algunos.

    ResponderEliminar
  2. deseando leer la segunda parte... eres un cronista de lujo. y lo de comer es por prescripción de mi madre que siempre me dice que coma. y yo obedezco jjjj

    ResponderEliminar
  3. No se te escapa ningún detalle, pero nos tienes intrigados, vamos a la segunda parte

    ResponderEliminar
  4. Lo has bordao campeon....una cronica muy detallada de lo acontecido en dichos parajes...jjj

    ResponderEliminar