Afrontamos la ruta desde el Portichuelo y nos metemos en el carril bici. Rodamos unos km por la autonómica hasta tomar un carril a izquierdas que nos hace poner los pies en remojo y nos conduce hasta la Ribera Baja. Proseguimos hacia delante y a la altura del km 10 de etapa nos encontramos con una de las sorpresas más gratas de la jornada, una rampa durísima, de esas que me gustan a mí, cortas pero intensas,... (los más puestos en tecnología punta hablaban de porcentajes en torno al 21 %) y aunque corta tenía su misterio, pues hacía varios amagos en donde parecía coronarse, pero volvía a dar otro golpe de tuerca. Allí fijamos el primer punto de encuentro, Coleta en primer lugar, luego un servidor, detrás Cristóbal, y así poco a poco van llegando los demás, Pitchot,... entre tanto vamos marcando las lindes (Territorio Notingan)...
...y es que esta ruta se nos ha quedado a todos grabada en la retina y sin duda que intentaremos sacarle el jugo en más de una ocasión.
Retomamos la marcha y afrontamos un tramo rompepiernas de continuas subidas y bajadas espectaculares con las que culminamos el primer sector.
Así nos acercamos a las inmediaciones de Trujillos, en donde nos surgen ciertas dudas sobre el camino a tomar, y es que el amigo Coleta necesita una secretaria para manejar el GPS. Una vez solventadas las mismas por el capo de los carriles, afrontamos un pequeño tramo de carretera para cruzar al otro lado e internarnos en una zigzagueante travesía por una zona bastante afable entre olivares y matorral...
... que hace las delicias de más de uno y que nos conduce de lleno al paraíso. Bueno, esta es una de esas llamadas palabras mayores, tal vez no sea para tanto, pero si que es una zona preciosa de monte bajo que se va abriendo camino a través de una amplísima y magnífica pista incrementando ligeramente el desnivel, hasta llegar a la misma entrada de Puerta Alta. A lo largo de ese trayecto hubo tiempo de echar por alto el trato de la cristalera, jejeje (cuando lea esto Pitchot me va a matar) y de que Koko Almodovar, agazapado en la cuneta, rodara el prólogo de la reedición de Verano Azul.
Allí hacemos la parada para tomar un piscolabis, entretanto, se modifica parcialmente la ruta, eliminando el tramo de Puerta Alta pues dicha propiedad se encuentra vallada, por lo que ponemos rumbo para la Hoya del Salogral, no sin antes detenernos a que Coleta intente sus primeros pinitos como jinete a lomos de un precioso corcel castaño claro y de crines rojizas que se asomó al cercao para animarnos a nuestro paso.
El caso es que iba equipao para la ocasión, el culotte blandico para cabalgar a pelo, calas en lugar de espuelas y el casco pa no dejarse la sesera en los chaparros,... aún así, menos mal que al final se lo pensó dos veces, si no todavía estaríamos buscándolo por esos cerros.
Tras un tramo de bajada afrontamos un nuevo repecho, primero por carril y más adelante por carretera firme, ya en el asfalto pasan al mando los más rodadores (entre ellos Cristóbal, Pitchot, el propio Coleta, Mateo, y otros cuantos más) formando un grupetto por delante que coronan la milagrosa aldea, aunque en esta ocasión no hubo tiempo de ascender hasta la ermita a echar un rato de rezo, otra vez será.... sino que nos lanzamos en busca de De Bolívar y Moisés, a los que se les habían pegao las sábanas y vagaban por esos mundos lo mismo que "Pan Perdío"; éste era un perro que teníamos de chicos en nuestra época de cabañas,... cuando nos pasábamos las tardes tiraos por esos cerros jugando a Curro Jiménez,... (cuanto daño están haciendo las videoconsolas...). Bueno, pues eso, que tiramos dirección Los Rosales en busca de estos dos, disfrutando de las magníficas vistas nevadas que ofrecían la Sierra del Trigo y especialmente el cerro de los marusos.
El retorno lo hacemos por el carril que se interna a la izquierda de los Rosales, precioso por cierto, con continuos sube y baja en el umbrío tramo inicial, en donde el barro nos lo puso bastante difícil, y pasado este sector nos lanzamos de lleno en busca del vino del terreno, la verdad es que no lo catamos pero más de uno hicimos motivos como para que nos pusiesen el alcoholímetro. Coleta y un servidor nos dejamos caer más alegremente de lo normal en una bajada más que exigente, y fruto de la relajación una vez que el firme se tornó hormigón, el menda en una de las curvas saltó por encima de un peñón de un par de metros largos y acabó encaramao a un olivo encomendándose al Cristo de la Tamarilla. Que pasada!!! (que pasada de largo digo,...) Que se lo pregunten al Coley que venía detrás,... lo bueno en esos momentos es echarle valor y no perder la compostura, eso hizo que la bici rodase sobre los riscos y no hubiese caída, rasguño, ni trompá,... ahora eso sí, la patata por momentos se me puso a 200.
De esta manera llegamos a Frailes, retornando por el carril del Dessafio, aunque introduciendo una variante, en lugar de coger el primer carril en la rampa, tomamos el segundo, que nos ofrece una bajada serpenteante muy bonita y en este caso desconocida para algunos. Y por lo demás, un poquito de picante más en la trialera en el día de la esentura, aunque algunos ese día lo celebramos bastante a menudo, y un pinchazo de Mateo a modo de traca final metiéndonos pa los Llanos. Unos 50 km en la talega, y esta vez sí, cervecita por dos en el BarMa y friturica de la casa.
Bonita ruta, con caminos desconocidos, "tachuelas" de consideración,... y que anotaremos en nuestra agenda para próximos eventos. Sean felices.
Fotos de la jornada by Koko
Perfil
Todos los detalles de kilómetros, desnivel, picando aquí.
Videos
Este video es de la semana anterior pero lo ponemos para quien no lo haya visto.
Gracias a todos.
Texto: Manu
Fotografía: Andres y Koko
Video: Koko Almodovar
Montaje y Perfiles: Sergio
Magnifica Manu, es todo un placer leer tus cronicas, desde luego te sales
ResponderEliminarBueno Manu, ahí se ha quedao esta pedazo de crónica acorde con la ruta, nos falta un nombre para bautizarla y convertirla en una clásica del calendario notinguero.
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